Suplemento de divulgación científica UCEM

 Desarrollo de la Educación Cívica y Ética en México


María Del Rosario Pérez Muñiz

Egresada de la Maestría en Educación, UCEM

Glosa Suplemento de Divulgación. Año 1, número 1.  Julio-Diciembre 2011


Introducción

Si tuviésemos que ubicar temporalmente el inicio de la educación cívica y ética en México, este sería la independencia de México en 1810. Después de este periodo se crearon centros de enseñanza secundaria y superior que eran dominados por la iglesia. Por otro lado, como resultado de la cooperación de particulares en 1822, se impulsa la enseñanza primaria con  la fundación de las escuelas lancasterianas.

La educación lancasteriana consistía en una “técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros. Un solo maestro podía enseñar de 200 hasta 10,000 alumnos con los que bajaba el costo de la educación” (Tranck, 1992). El método lancasteriano de alumnos monitores, representaba una solución para la época ya que resolvía la carencia de docentes.

La finalidad de la escuela lancasteriana consistía en promover la educación primaria entre las clases pobres. Años posteriores a la creación de las escuelas lancasterianas y durante la presidencia de Ignacio Comonfort se promulgo, la constitución de 1857, la cual fue promovida el 5 de febrero;  en el artículo tercero  de esta carta magna se establecía que la enseñanza debería ser libre,  y “era de en suma la educación liberal, el instrumento ideológico indispensable para realizar el trámite al estado moderno y a la nación organización sobre nuevas bases” (Tejada, 1987: 16). En esta constitución se hacía énfasis en la abolición de la esclavitud y la enseñanza libre de dogma.

Los hombres de la reforma desde Valentín Gómez Farías hasta Benito Juárez y Gabino Barreda comprendieron que la Revolución Mexicana reclamaba la formación de un hombre nuevo y que ello solo era posible por medio de la educación popular, por lo tanto era necesario construir y mantener las instituciones populares de contenido nacional. Por estas cuestiones se estableció en las escuelas primarias “luchar, como lo hicieron los hombres de la reforma, por una escuela, laica científica y popular, era una forma de hacer y enseñar civismo” (ibíd: 17).

En 1876 figura la instrucción Cívica en los planes de estudio como materia de enseñanza y en 1872, se realiza el primer congreso pedagógico, dos años después “el 14 de diciembre de 1874 se prohibió la enseñanza religiosa en los establecimientos educativos oficiales y se dispuso que la enseñanza de la moral no debía tener relación con ningún culto” (Ibid)

El maestro Justo Sierra consideraba que más que instruir y enseñar había que educar, pensaba que se debían enseñar las reglas de urbanidad, para proporcionar una educación cívica, científica y de carácter popular, después de haber sido la educación cívica  una memorización de los principales artículos de la constitución.

 

La implementación formal de la educación cívica y ética en México

 

La Revolución Mexicana iniciada en 1910 cuyo propósito fue liberar al país de un gobierno cimentado en la dictadura, tenía como objetivo el mejoramiento social, cultural y económico del hombre mexicano. Debido a estas problemáticas los reformadores se vieron precisados a estudiar el conflicto de educación nacional. Posteriormente en 1917 se modifico la constitución de 1857, estableciendo que la enseñanza debería ser libre y laica.

 A la par de la inquietud  por la educación creció la preocupación de consolidar la identidad y la unidad nacional, con el propósito de formar una “ciudadanía respetuosa de la ley y construir condiciones de civilidad; fomentando programas de educación para el amor, el catecismo político, las clases de urbanidad y moral o la instrucción cívica pretendiendo responder a dichas expectativas gubernamentales y sociales”. (Conde, 2002:1)

Durante el periodo presidencial de Álvaro Obregón se iniciaron una serie de reformas laborales, agrarias y educativas, el ámbito educativo estuvo a cargo de José Vasconcelos, secretario de Educación Pública; con el fin de alcanzar la integración de México, se propuso como tarea “la construcción de la unidad nacional en torno a la ideología nacionalista revolucionaria por medio de la educación, el arte y la cultura”.(De la Peza, 2000: 71).  En esta legislatura se abren las primeras escuelas al servicio del pueblo, el gobierno de la revolución extiende su acción escolar a todas las entidades federativas, las escuelas rurales se multiplican y algunas de ellas llegan a las comunidades indígenas. Los maestros misioneros inician su recorrido por el país acelerado la promoción  cívica del pueblo.

El periodo comprendido entre 1928 a 1934 conocido como el Maximato, iba en contra de los ideales de Vasconcelos, “la concepción de ciudadano ideal se transformó del intelectual culto al hombre trabajador, aunque en ambas perspectivas permanece como elemento invariable la concepción étnica y cultural del ser mexicano, propia de la ideología nacionalista revolucionaria. (…) La escuela debía castellanizar a los mexicanos, promover la identidad nacional,  desarrollar nuevos ciudadanos, hábitos de trabajo, ahorro, limpieza y orden”. (De la Peza, 2000: 72)

Estudios realizados por De la Peza (2000) testifican que durante el cardenismo se siguió como patrón la educación socialista, la cual promovía la formación de un sujeto solidario, colectivo, cooperativo, perteneciente a sindicatos e integrado al estado. El presidente Lázaro Cárdenas anhelaba que durante su gobierno la escuela cumpliera con los parámetros del socialismo.

Lázaro Cárdenas fue el primer presidente en 115 años de vida independiente, en reconocer la cultura de los pueblos indígenas y la necesidad de impulsar programas educativos acordes a ella. En 1934 la educación en general y el civismo tendían a inspirarse en la libertad y laicidad de la constitución.

En 1939 estando como presidente Manuel Ávila Camacho se dio un nuevo enfoque a la educación, definiendo una escuela que fomentaría la unidad nacional, desde una visión étnica y cultural por encima de la creación de un individuo apto para un  pueblo democrático, esto continúo hasta la década de los 60.

En 1968 se desencadenó un movimiento estudiantil, el cual  exigía mayor participación política, estos hechos ocurrieron durante el sexenio del presidente Luis Echeverría, en este tiempo “la política educativa en materia de educación cívica no cambio significativamente (…) el libro de texto de historia y civismo se  transformo en el de Ciencias sociales” (De la Peza, 2000: 74) los libros de texto gratuito, transmitían una ideología nacionalista.

En la reforma de los setenta el civismo se diluyó en las ciencias sociales.  De la Peza (2000) afirma que  con la crisis económica de los años ochenta se produjo un cambio en la política del país de ser populista, se convirtió en económica neoliberal. Debido a estas transformaciones económicas y políticas,  la SEP llevó a cabo una reforma educativa, aunque no existieron cambios significativos en la concepción de la ciudadanía .Formalmente regresó al currículo la asignatura de educación cívica  en 1993,  con un enfoque que pretendía eliminar el abordaje de leyes, instituciones y valores sin un referente real.

Reconociendo la necesidad de renovación del civismo, en 1999 se incluyó, en secundaria la asignatura de Formación Cívica y Ética. En ella se tomo distancia de la tradición formalista y legalista a favor de un enfoque de ciudadanía activa, promotor de la práctica, la crítica, la reflexión moral y la vinculación con temas relevantes para los estudiantes

La transformación política histórica que  vivió México con el  final de la caída del régimen de derecha PRI, efectuado en las elecciones del 02 de julio del 2000,  quedando a cargo del ejecutivo federal Vicente Fox Quesada, “es una de las razones por las que los problemas de formación ciudadana se han hecho casi iguales a los de formación democrática”. (Medardo, 2003: 987 citado en Berteley)

La Reforma de Educación Básica implementada a partir de 2006 en educación primaria retoma esto, incluyendo un currículo con ejes más centrados en inculcar los valores democráticos desde los primeros años de la educación formal.

 

Reflexiones Finales

Se puede afirmar que a través de la historia,  México ha sufrido cambios significativos en el rubro educativo. La asignatura de educación  cívica y ética, se ha modificado y adquirido diferentes enfoques  en los distintos periodos gubernamentales aunque todos los gobiernos convergen en tratar de fomentar y mantener el sentido nacionalista y la identidad nacional para la construcción de la ciudadanía, a través de la educación básica.

En nuestros días se promueve una participación más amplia del ciudadano en el gobierno, esta formación en valores democráticos se pretende implementar desde la educación primaria por medio de la Educación Cívica, tarea que la comunidad educativa tendrá que enfrentar en los próximos años.

 

REFERENCIAS

De la Peza C., M. del C. (2000)”Educación cívica y cultura política” UAM, México. Recuperado en 10/05/10 en http://www.uam.mx/cdi/inflegypol/carmendelapeza.pdf


Berteley, Busquets. M. (2003) “Educación, Derechos Sociales y Equidad” Tomo III. La Investigación Educativa en México. México D.F.


L. Conde., S. (2002) “¿Que educación cívica necesita nuestro país?” Recuperado en 10/07/10 de www.google.com/serch?9=silviatl.tconde


Ocampo López., J. (2005) “José Vasconcelos y la educación Mexicana” Revista Historia de la Educación Latinoamericana, vol. 7. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja, Colombia. Recuperado en 08/11/10 en http://redalyc.uaemex.mx.


Tejada. L. (1987) “Formación Cívica en México”. México. D.F. Editorial Porrúa.


Tranck de Estrada, D. (1992) “Las escuelas lancasterianas en la ciudad de México. Recuperado 26/04/10 en http://buenas tareas.com

This free website was made using Yola.

No HTML skills required. Build your website in minutes.

Go to www.yola.com and sign up today!

Make a free website with Yola