Potenciar la capacidad de Aprender a Aprender, de Ontoria, Gómez y Molina
María Leonor Rosales Escobar
Egresada de la Maestría en Educación, UCEM
Glosa Suplemento de Divulgación. Año 1, número 1. Julio-Diciembre 2011
Con la intención de aportar directrices y técnicas que potencien la actividad de los profesores en el aula con los alumnos en la sociedad actual, llamada de la información, los autores estructuran su libro en dos partes bien diferenciadas.
La primera, que consta de cuatro capítulos se refiere a qué cambiar para aprender, y comprende dos vertientes: una, aportando ideas que permitan a los alumnos crearse un clima mental positivo para el aprendizaje y otra, que trata de establecer las bases teóricas donde se sitúan las técnicas de aprender a aprender.
La segunda parte, integrada por seis capítulos hace referencia a cómo aprender para cambiar. Presenta diferentes técnicas de actualidad para facilitar el aprendizaje comprensivo.
Finalmente, en los dos últimos capítulos encontramos algunas direcciones que facilitan la aplicación de dichas técnicas a la metodología del aula.
“Aprender y enseñar en una nueva sociedad”, es el tema del capítulo uno, los autores consideran que en la nueva sociedad de la información, el desarrollo del aprendizaje está influido por la era de las nuevas tecnologías, se recibe un exceso de información y se tiene poco tiempo para abordarla.
Tienen en cuenta que ante la incertidumbre y la sensación de inestabilidad, se presentará una transformación en los modos de aprender, resaltando las siguientes características del nuevo aprendizaje: 1) proceso centrado en la comprensión; 2) incremento de la capacidad de aprender y pensar; 3) una flexibilidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje; y 4) la consideración fundamental de la persona como base del aprendizaje.
En el segundo capítulo, “Mejorar la capacidad de aprender”, se hace un excelente análisis del comportamiento del ser humano en su proceso de aprendizaje, tomando como base la capacidad de las personas para modificar su comportamiento cuando es necesario, y la gran velocidad que tiene el cerebro para aprender, cuando se le facilita el proceso.
“Aprender es construir conocimientos” es el tema del capítulo tres, se entrelaza con el tema anterior y se concibe el aprendizaje como un proceso de la persona total en el que interviene todo el yo con sus capacidades, emociones, sentimientos, motivaciones y habilidades.
En el cuarto capítulo, “Clima mental de estudio-aprendizaje y mejora del rendimiento”, con gran claridad se hace referencia al entorno del “estudio personal”, es decir a lo que citamos cuando hablamos de “cómo estudiar”. Para los autores, el clima mental pretende que el “aprender” se convierta en una situación estimulante y en una experiencia gratificante, que se disfrute estudiando o aprendiendo, que se experimente un estado interior de confianza, alegría, espontaneidad y entusiasmo.
En la segunda parte del libro se hace referencia a cómo aprender para cambiar, comienza en el capítulo cinco, “Significación de las estrategias de aprendizaje”, retomando del capítulo anterior el concepto de aprendizaje como “construcción de conocimientos”, resalta el componente afectivo en un clima mental favorable para incrementar dicho aprendizaje.
El capítulo seis, “Las supernotas, una técnica para tomar apuntes”, describe la primera de las técnicas tratadas en este libro y que consiste en tomar apuntes o notas informativas de una manera diferente de la tradicional y, con mayor eficacia. Son una técnica para recopilación de ideas, ordenadas según van apareciendo, que sirven para facilitar la elaboración de una estructura superior; su función principal es facilitar la reestructuración global con otra técnica (como mapas, redes, etc.).
“Los mapas conceptuales”, es el tema del capítulo siete, los autores explican la segunda técnica para aprender a aprender considerada producto de la inquietud de Novak (1988), quien la presenta como estrategia, método y recurso esquemático en la búsqueda de un aprendizaje significativo. Se trata de una proyección práctica de la teoría del aprendizaje de Ausubel.
Sus elementos fundamentales son: 1) proposición, que es la unidad semántica más pequeña; 2) concepto, que es la imagen mental que provoca en la persona las palabras o signos con los que se expresa y 3) palabras-enlace, unen los conceptos y señalan el tipo de relación existente entre ambos. Sus características son: jerarquización; selección, e impacto visual.
En el octavo capítulo, “Los mapas mentales”, se analiza la tercera técnica para la construcción del conocimiento creada por Tony Buzán (1993). Las dos analogías que se toman como referencia para explicar el funcionamiento de los mapas mentales son: 1) la neurona como expresión del “pensamiento irradiante”, con estructura radial que parte de un centro y se ramifica en distintas direcciones; y 2) el árbol como referencia de la representación gráfica.
En “Las redes conceptuales”, tema del capítulo nueve, aparece la cuarta técnica para aprender a aprender, ideada por L. R. Galagovsky en 1993 para lograr un aprendizaje significativo a través de la creación de estructuras de conocimiento.
Se define a una red conceptual como un instrumento o recurso que facilita la estructuración de los conceptos e ideas principales de un tema y, también, como medio para establecer el consenso y compartir en grupo los significados.
En el décimo capítulo: “Los mapas semánticos”, los autores explican la última técnica empleada en el proceso de aprender a aprender, sus máximos representantes son Heimlich y Pittelman (1990).
Los mapas semánticos son un método que activa y construye sobre la base del conocimiento previo de un estudiante, por medio de diagramas que lo ayudan a ver cómo se relacionan las palabras entre sí, permitiéndole esquematizar, resumir o seleccionar información. Buscan organizar la información, lo cual implica la comprensión de las palabras-conceptos.
En el penúltimo capítulo, “Bases comunes de las técnicas de aprender a aprender”, los autores distinguen dos líneas de reflexión: una, en torno a los principios teóricos que sustentan dichas técnicas, se encuentran tres perspectivas diferenciadas: la constructivita; la neurológica; y la semántica.; y otra, sobre su representación gráfica, con dos funciones: 1) servir como un instrumento en el proceso de elaboración de las estructuras de conocimiento; y 2) ser un reflejo externo de las estructuras cognitivas elaboradas por la persona.
En el último capítulo, “Técnicas para aprender a aprender y metodología del aula”, los autores, haciendo referencia a las bases del aprendizaje significativo, consideran las siguientes características de las estrategia de trabajo en el aula: 1) en relación con el tipo de trabajo: individual y cooperativo; 2) en relación con el aprendizaje: forma significativa; y 3) en relación con la actitud mental: pensar positivamente, aprender como experiencia satisfactoria; y potenciar el autoconcepto del alumno.
En el fondo, en este proceso de enseñanza-aprendizaje, los autores dejan claro que se busca la mayor implicación individual y cooperativa de los alumnos.
Se trata, en definitiva, de un texto bien estructurado, que nos invita a revisar y reflexionar sobre los retos de la educación en esta sociedad del cambio y de la incertidumbre, destacando el papel que juegan los dos actores principales del proceso educativo: el alumno y el profesor.
La aportación práctica que hacen los autores es la presentación, descripción y ejemplificación de las técnicas para potenciar la capacidad para aprender a aprender y sus sugerencias metodológicas para aplicarlas en el aula. Los ejemplos presentados ilustran la diversidad de formas en que cada estudiante las aplica.
Es un libro para leer, comprender y aplicar en la formación de estudiantes activos, reflexivos e independientes, en un ambiente entusiasta.
Bibliografía
Ontoria, Antonio; Gómez, J.; y Molina, A. (2007) Potenciar la capacidad de Aprender a Aprender. México: Grupo Editor Alfaomega
